miércoles, 24 de octubre de 2007

El Color de tus Recuerdos


¿Cómo visualizas tus recuerdos de niñez? Quiero decir, cuando recuerdas algún evento lejano ¿las imágenes son claras, borrosas, brillantes, opacas, entintadas en ámbar, pasan como diapositivas, como videos en alta resolución, con audio, mudas, con eco, en dolby surround, THX, Imax? Los míos son bastante peculiares. Si tuviera que describirlos en una frase, diría que son montajes audiovisuales que consisten en cortos videos de baja resolución (como los de una cámara de celular) con un audio claro pero que no siempre coincide con lo que está ocurriendo en los videos. No sé si mi mente los almacena así para ahorrar bytes en mi disco duro, o significa algo más. Yo creo que la segunda opción es la correcta. O sea, me imagino que esto debe tener una explicación sicológica, y me gustaría que algún amigo sico me ayudase a descifrar esto.
Lo curioso es que algunos de mis sueños también son así, lo que me hace pensar que quizá en el fondo sean lo mismo, o quizá cuando sueño así en realidad simplemente esté soñando que estoy recordando algo…

miércoles, 10 de octubre de 2007

Dulce incomodidad

En el post del 12 de Julio mencioné que mis siestas de los domingos se merecían un post especial por ser las más incómodas pero agradables de todas. Pues bueno, he aquí la explicación de por qué dije eso. Primero les tengo que advertir que me muero de sueño, y que mi cerebro me está apurando para que termine rápido con este post para que nos vayamos juntos a pasear por los dominios de morfeo, así que quizá en lo que queda del post sólo escriba incoherencias y se me terminen aburriendo (por ejemplo, ya repetí la palabra “post” cuatro veces porque no se me ocurre nada mejor…). Bueno, ahí va… En la casa de la novia existe una salita de T.V. algo improvisada, pues es en realidad parte de lo que era el patio de la casa, adecuadamente remodelado y acondicionado para tal noble fin. Dos sillones modulares puestos uno junto al otro descansan frente a un televisor de 37 pulgadas, emulando a un sofá, con la pequeña diferencia que estos gloriosos sillones son más resortes que espuma, y que se paran separando por sus gastadas patas sobre el piso recién enserado. Pero esta salita, como era patio, no tiene techo de material noble, sino que está cubierta de un esqueleto de aluminio sobre el cual descansa lo que entiendo es un acrílico color ámbar (entre otras cosas) a manera de tragaluz; y he aquí el meollo del asunto ¡Que maravillosa luz invade esa salita los domingos por la tarde! Los colores asemejan una eterna puesta de sol, que no hace más que invitar a compartir el ocaso de la vigilia. Además, el delgado techo permite escuchar a los pajaritos que se posan delicadamente sobre el cerco eléctrico, y la temperatura promedia unos cálidos 21 grados. Debo precisar que la novia vive en el SOL de la molina, y que en los domingos, más que en otros días, siempre sale el sol (no en vano los gringos le dicen sunday). Siempre después de almorzar, la novia y yo nos acomodamos como buenamente podemos en el “sofá”, y encendemos la tele en algún programa al azar, poniendo el volumen en lo mínimo posible. Luego de mover los pies un rato (esto lo explicaré en un post futuro) siempre caigo profundamente dormido, para despertar luego de varias horas algo adolorido, y/o con una extremidad totalmente adormecida, pero innegablemente feliz…
PD: ¡Vaya!, ya tengo 2,000 visitas a mi blog. Como yo no entro mucho y sólo algunos amigos saben de él, supongo que no conozco a la mayoría de gente que me lee.
Bueno, saludos a todos.... y si me leen seguido, dejen comentarios pues.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Dristrán Caliente

Hace casi un mes que comencé a ir al gimnasio. Al principio me costó mucho, porque a pesar de que me gusta hacer deporte, no lo practico mucho por flojera, lesiones (gracias JCZR), flojera, falta de team mates, flojera, etc. Pasada la semana del dolor (la primera), me estaba sintiendo de lo mejor… full fuerza, full energía, y lo principal, mucho y buen sueño nocturno. Incluso sentía que mi salud se estaba volviendo de hierro. En ese casi mes había comido muchas porquerías, además de haber estado entre besos y abrazos con la novia (mi novia) y con mi madre -cada una más agripada que la otra-, y mi cuerpo no daba signos de siquiera haberse dado por enterado de la avalancha de microbios que lo invadía… hasta ayer.
Ayer caí. Sí, una gripe feroz producto de alguna mutación de virus extraterrestre me atacó. En el gimnasio no pude terminar mi rutina, y al regresar a casa sentía como si me hubiese atropellado un tren. Decidí acostarme rápidamente, pero no sin antes tomarme un Dristrán Caliente, una suerte de limonada hirviente que dizque combate la gripe. Me eché en mi cama y bebí el químico brebaje. Luego de eso no recuerdo nada. No recuerdo haber apagado la luz ni haber puesto el despertador. No recuerdo haber cerrado la puerta del baño ni haberme siquiera quitado el reloj de muñeca (aunque a la mañana siguiente comprobé que hice todas esas tareas). Solo recuerdo estar súbitamente en medio de un sueño en donde competía contra un skater boy en una carrera descendente a través de un cerro de tierra y arena. Punk en skate vs marmota a pie… Luego de ganarle llegué a una playa en donde unas chicas bastante agraciadas (algunas en bikini y otras en topless) jugaban voley y alentaban a una rubia con peluca a quien luego me explicaron que había tenido problemas de salud. El sueño siguió hasta que empecé a escuchar un rumor por varios minutos. Luego de un rato identifiqué a ese rumor como la voz de Raúl Vargas… Oh!!!! Ahora entiendo, estoy durmiendo y Miray (mi radio reloj) trata de despertarme desesperadamente. Como ya no había chicas a la vista y la voz de Raúl Vargas me empezaba a molestar, asumí que se me estaba haciendo tarde para ir a la oficina y traté de despertarme. Sin embargo, a pesar de que me esforzaba mucho no podía. Alguna fuerza del más allá me obligaba a seguir atrapado en mi sueño. “El mar”, pensé. Me meto al mar y de hecho me despierto. Así lo hice…pero nada. Más bien casi me ahogué, y no fue nada agradable. Luego de mucho batallar, logre abrir intermitentemente un ojo, y ví como la luz del sol se filtraba entre mis persianas (hoy salió el sol por la mañana, ¿recuerdan?). Esa visión fue lo suficientemente poderosa para arrancarme de mi sueño playero. Ví a Miray, y marcaba las 9:12 am. “Diablos, ¿desde hace cuanto que estás encendido?” le pregunté, a la vez que estiraba pesadamente mi brazo para apagarlo.
Me lamenté porque tenía que haber estado en la oficina antes de las 9:00 am, y tomando mi cabeza cerré un poco los ojos para evitar el molesto brillo solar… “Maldito polvo del averno, debe tener como medio kilo de Diazepán dentro…”