Pero no es el estrés (de dormir incómodo) lo que me mata, es la maldita vibración del suelo. Al parecer tengo algún instinto prehistórico escondido que me mantiene (semi) alerta cuando no estoy pisando firme, porque como dije en el post anterior, puedo dormir con luz, bulla, frío o calor, echado, de lado, boca abajo, sobre plumas o piedras, pero no la hago si se me está moviendo el piso.
A pesar de que tengo identificado exactamente lo que me molesta, quiero mencionar a dos vehículos cuyas excelentes incomodidades formen un cóctel extraordinario para un insomnio memorable.
Avión clase económica. Por la estrechez de sus asientos pseudo reclinables, el torturante sonido de sus turbinas, su pésima cabina altímatica que mantiene tus oídos tapados y el estadísticamente injustificado miedo al accidente aéreo.
Bus interprovincial económico”. Por el sonido de su motor a diesel mal afinado, su rechinante chasis (aplácese sólo en caso de buses-camión), su sobrepoblación de viajantes, sus pésimas cortinillas que permiten que las luces se filtren cual ráfagas, sus sonoros frenos de aire… y hablando de aire, su cargadísimo aire con olor a sobaco y baño químico (cuando tiene baño).
A pesar de que tengo identificado exactamente lo que me molesta, quiero mencionar a dos vehículos cuyas excelentes incomodidades formen un cóctel extraordinario para un insomnio memorable.
Avión clase económica. Por la estrechez de sus asientos pseudo reclinables, el torturante sonido de sus turbinas, su pésima cabina altímatica que mantiene tus oídos tapados y el estadísticamente injustificado miedo al accidente aéreo.
Bus interprovincial económico”. Por el sonido de su motor a diesel mal afinado, su rechinante chasis (aplácese sólo en caso de buses-camión), su sobrepoblación de viajantes, sus pésimas cortinillas que permiten que las luces se filtren cual ráfagas, sus sonoros frenos de aire… y hablando de aire, su cargadísimo aire con olor a sobaco y baño químico (cuando tiene baño).