viernes, 15 de junio de 2007

Sueño en la oficina


Seguro les ha pasado alguna vez a todos; sales de juerga la noche anterior, y/o en el almuerzo te comes medio kilo de bife ancho con arroz y papas fritas (y una chela para asentarla), y al llegar/regresar a la oficina sientes como tu cerebro se empieza a relajar como si acabara de tener un orgasmo neuronal.
Uhhh, que sueñito… Tratas de concentrarse en la pantalla de la compu, pero tu visión se vuelve confortablemente nublosa mientras tus músculos cervicales hacen denodados esfuerzos por mantener tu cabeza erguida… Fuuun! Primer cabezazo. Esto se está saliendo de control. Mejor lees algo; pero cometes el error de apoyar tu cabeza en tus manos en pose de “Uf, que concentrado que estoy” y pasa lo inevitable. Fuuuun! Segundo cabezazo… Esto no puede seguir así. ¿Pero cuál es la solución? ¿Lavarte la cara? ¿Mojarte la cabeza? ¿Tomarte un café, inca diet o red bull?
Pues no. La solución es muy simple. ¡DUERME!
El problema obviamente es encontrar el lugar propicio, ya para esto hay varias opciones.
1.- En el ñoba, como mi buen amigo JCZR que ha dominado el arte de cagar durmiendo; suave con caerte de cara a la loceta.
2.-En tu propio escritorio, si tu sitio es caleta; pero haz la finta que estás leyendo algo.
3.- En un auto.
Esta última no sólo es mi preferida, sino que me parece la más digna (o la menos indigna). Pones tu musiquita, reclinas tu asiento, programas la alarma de tu celular, pones el tapasol para que nadie te sapee, y lo principal, usas tu corbata para vendarte los ojos. Media hora después estás listo para regresar a la chamba. Claro que esta técnica tiene sus limitaciones, siendo la principal que no puedes usarla en verano, y obviamente que no tengas auto propio también pone las cosas más difíciles. Sin embargo el mes pasado estaba en Cusco por el matrimonio de un amigo, y al llegar a la ciudad a las 7:00 am. a alguien se le ocurrió alquilar un taxi por media hora para echarnos a dormir, mientras esperábamos que empezara el city tour. (grande Ken!)

PD: Al final dormí en las escalinatas de la catedral porque lo único que no me gusta de Cusco son sus taxis del averno.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ja ja ja ja. Siempre me pasa lo mismo pero no se me habia ocurrido ir a i carro.

El Rojo dijo...

Acá en Cajamarca el maestro es nuestro estimado MY, quien todos los días se da su buena jateada en el ñoba. La opción 2 está descartada, nuestros cubículos son abiertos. Y yo? Bueno, a mí el café si me funciona, sobre todo si está bien caliente (a cualquiera lo despierta una quemada de lengua, no crees?)

Anónimo dijo...

yo he tirado jato en el carro

al frente de un centro comercial

y sonaba espectacularmente hasta que un tombo gringo me puso una multa

jajaja

las cosas que se viene a enterar uno en los blogs

quien diria

Anónimo dijo...

Yo aun no trabajo, pero duermo mucho en clases en la universidad.